El timo del sexo seguro
Fracaso de las campañas. Análisis de las campañas del “sexo seguro”
Por Antonio Orozco
CANJE DE TABU SUPUESTO POR FETICHE AUTENTICO
Afortunadamente el sexo no es un tabú, cosa que no se pueda mentar o se deba silenciar. Pero -como escribe Claudio Sorgi- en estos tiempos se ha convertido en algo no menos grave, "en un fetiche, en una especie de divinidad adorada, temida, mimada y usada obsesivamente como signo de autoafirmación y realización". Asistimos a una evidente inflación de sexo. El tema invade las conversaciones de café, las pantallas grandes o pequeñas, las revistas, prensa y radio, la publicidad privada y la publicidad oficial. Se diría que acontece una especie de obsesión universal por el sexo. Aunque habría que matizar. La obsesión no es por los valores que contiene el sexo en sí, sino por el placer genital que ciertos consabidos usos ofrecen, desconectándolos de su natural consecuencia: la fidelidad y la procreación.
EL MATERIALISMO FREUDIANO
Estamos ante una ola de materialismo que reduce hombre a sexo, y sexo a sensualidad saturada. Esa tendencia desorbitada que se acusa siempre en épocas decadentes, ha sido nutrida por una pseudociencia que Freud supo popularizar hace medio siglo. Se trata de un método ideado para curar ciertos estados psicopatológicos, conocido con el nombre de "psicoanálisis", impuesto en muchas aulas y centros médicos de los últimos tiempos. Tan grande ha sido su éxito que muchos que nada han leído de Freud, pero también numerosos profesionales poco avisados, se escandalizarían de lo que acabamos de decir. Freud todavía es, en sectores de escaso nivel científico o cultural, una especie de intocable monstruo sagrado de la psicología experimental. Siendo esto así, no es extraño que la inercia mantenga todavía una gran fuerza y sea conveniente escuchar la voz de los expertos más competentes y avanzados en la terapéutica psicopatológica.
OPINION DE LOS CIENTIFICOS
Aquilino Polaino Lorente, catedrático de Psicopatología, de la madrileña Universidad Complutense, ha publicado varios trabajos sobre el tema y, recientemente, un artículo especialmente ilustrativo (), en el que recoge la opinión de otros científicos, como Sir Peter Medawar, premio Nobel de Medicina y Hans J. Eysenk, profesor de Psicología de la Universidad de Londres. Este último ha escrito un fundamentado ensayo que lleva un elocuente título: "Decadencia y caída del imperio freudiano" ().
Después de examinar durante lustros, casos tratados por Freud, Eysenck concluye que "Freud fue, ciertamente, un genio, pero no de la ciencia, sino de la propaganda; no de la prueba rigurosa, sino del arte de persuadir; no del esquema de experimentos, sino del arte literario". Eysenck dice que aunque éste parezca un juicio duro, el futuro lo respaldará.
Por su parte, el doctor Polaino Lorente afirma que aunque los partidarios del psicoanálisis freudiano consideren a Freud como el liberador de la represión sexual del hombre, el hecho es que no sólo no hizo tal cosa, sino algo bien distinto: intentó comprender la neurosis desde un punto de vista meramente sexual y lo que hizo, en realidad, fue sexualizar la neurosis y, como consecuencia, neurotizó la sexualidad humana. "No deja de ser curioso -añade el profesor de la Complutense- que cuanto mayor es el contacto de un cliente con las interpretaciones psicoanalíticas -un contacto siempre comprometido, porque exige creer en ellas-, más frecuentemente aparecen las neurosis sexuales. ¿Puede llamarse a esto liberación sexual? Freud no ha liberado a la humanidad, sino que la ha humillado. Ha pretendido que el hombre no se sienta ya dueño de sus actos. Según Freud, nuestros actos responderían siempre a una motivación inconsciente, de tal manera que no quedaría espacio para la libertad: el hombre de la interpretación freudiana no es más que un autómata instintivo al servicio de la pulsión sexual, más o menos latente".
¿No hay nada de verdad en las teorías de Freud? "Algo hay", responde el profesor Polaino. Pero añade que "en conjunto, son interpretaciones sin apenas valor científico". El premio Nobel de Medicina Sir Peter Medawar, ha calificado al freudismo como "uno de los pasajes más tristes y extraños de la historia del pensamiento del siglo XX". Eysenck añade que del psicoanálisis "sólo nos queda una interpretación imaginaria de pseudo-acontecimientos, fracasos terapéuticos, teorías ilógicas e inconsistentes, plagios disimulados de los predecesores, percepciones erróneas de valor no demostrado y un grupo dictatorial e intolerante de seguidores que no insisten en la verdad, sino en la propaganda".
Eysenck denuncia que los dogmas freudianos han logrado minar valores fundamentales para la civilización, subjetivizar las normas morales y perturbar el sano ejercicio de la sexualidad. Por cierto que se han infiltrado en el pensamiento y la vida del hombre de la calle, no a través de la lectura de las obras de Freud, sino de la muy grande influencia que él ha tenido sobre el "establish-ment" literario.
Al margen de toda ciencia-ficción, parece literalmente cierto lo que Máximo ha puesto en el irónico epitafio de la viñeta adjunta.
EL MATERIALISMO OFICIAL
Todas estas cuestiones merecen especial consideración cuando los Ministerios de Sanidad y Consumo y Asuntos Sociales han lanzado una campaña dirigida a los adolescentes y jóvenes, promoviendo el uso generalizado de preservativos. Según afirman, el objetivo es evitar enfermedades de transmisión sexual, especialmente el SIDA, y embarazos no deseados, que pudieran derivarse del creciente aumento de relaciones sexuales entre adolescentes y jóvenes.
Sin embargo, las motivaciones profundas de la campaña son muy dudosas, porque resulta increíble que los mencionados ministerios carezcan de los datos que proporciona la ciencia actual sobre estas cuestiones. Los responsables de la campaña parecen anclados en una sexología freudiana, superada ya hace lustros por los mejores psiquiatras y descalificada por los resultados que a la vuelta de 50 años están a la vista. Sólo podría explicarse, a nuestro parecer, por una ideología materialista-mesiánica subyacente en la mentalidad oficial. Aunque se pretende edulcorar la campaña con palabras tales como "valor" y "espíritu" (aunque también se emplea un lenguaje que ha podido ser calificado con razón de "ordinariez" y "chabacanería"), la realidad práctica es que reducen el hombre a pasión como han hecho, por ejemplo, Marx, Freud y Sartre -negadores todos ellos de la íntima libertad personal, ya obsoletos-, sin posibilidad de mantener el señorío propio de la persona sobre los desórdenes de la sensualidad. Incluso autores más razonables, simples agnósticos como el premio Nobel Albert Camus, han reconocido que los valores objetivos no existen o no encuentran fundamento racional si no es sobre una base trascendente (Dios). Por otra parte es bien elocuente el hecho histórico al que estamos asistiendo: los países del Este europeo que han pasado 70 años bajo un materialismo oficial y persecutorio, estallan en manifestaciones de júbilo tras sacudirse el yugo opresor de los sentimientos religiosos (los más profundos del hombre) y suspiran por un renacimiento del cristianismo (por no hablar del fracaso económico)
Pero lo más llamativo quizá, es que los datos acumulados hoy en día por los científicos -que conocen o deberían conocer las autoridades sanitarias- desmienten los fines que se presentan como justificantes de conductas que por lo demás, son tenidas por inmorales en las más importantes tradiciones éticas. Frente a ellas la campaña representa una verdadera "revolución ética" injustificada que no puede traer más que un mayor desequilibrio social.
JUZGAR RACIONALMENTE LA CAMPAÑA
Aunque ignoramos -no podemos juzgar por tanto- las intenciones íntimas de los promotores de la publicidad oficial de los preservativos entre los adolescentes, la campaña en sí, puede y debe ser juzgada racionalmente. No hace falta, para ello, la fe católica. La Conferencia Episcopal Española, que tan cautelosa se ha mostrado en los últimos tiempos en sus declaraciones tocantes a la actuación de la Administración pública, no ha podido por menos de hablar con claridad: "Creemos también, que esta campaña, atenta contra la ley de libertad religiosa: el Estado, en efecto, toma partido contra determinados grupos religiosos" (). Como es lógico, los argumentos de la Conferencia Episcopal son básicamente teológicos. Pero es preciso subrayar que la crítica a la campaña cabe hacerla desde presupuestos puramente racionales. Hay argumentos muy claros de índole estrictamente racional que manifiestan la irracionalidad de la acción del Gobierno en este punto.
EL DISFRAZ DE LA CAMPAÑA
La campaña oficial se ha pretendido justificar con razones sanitarias: evitar embarazos de adolescentes y el SIDA.
Lo curioso es que se hayan silenciado muchas cosas. Se ha ocultado, por ejemplo, que la promiscuidad sexual que se pretende directa o indirectamente, conducirá a muchos más embarazos y enfermos de SIDA que los que acaso evite el uso del preservativo. Se ha ocultado que el preservativo no es una barrera infranqueable para los espermatozoides, ni mucho menos para el virus del SIDA, que es 500 veces más pequeño. Se ha ocultado que campañas semejantes, con los mismos aparentes motivos se realizaron hace ya lustros en otros países con resultado bien distinto al anunciado por sus promotores ()
Se oculta que el uso de preservativos no es algo trivial, como pueda ser la venta de caramelos a la puerta de un colegio. La indigestión por caramelos es fácil de curar. Pero la virginidad, una vez perdida ya no se recobra. Y si no es en la relación legítima según la ley natural dentro del matrimonio, ese acto contrario a la naturaleza personal, tanto de la mujer como del varón, marca a la persona de un modo profundo. Si se continúa en la misma línea, se entenderá muy equivocadamente el matrimonio. La contracepción se considerará como "normal" (a muchos ya les pasa esto, lamentablemente). Reducirán la sexualidad a genitalidad y la persona a objeto; y el cónyuge a un ser amable... en la cama: un objeto intercambiable. Se disolverá el sentido de paternidad y de filiación, con lo cual -la experiencia ya es mucha- se disuelve la familia, se instala en la sociedad -sin remedio- el adulterio y la infidelidad como sistema. En fin, la tristeza salta a la vista en los rostros que circulan por las calles de los países que ya han llegado a esto. ¡Y es una experiencia bien comprobada! O sea, que no es un asunto trivial, del que podamos "pasar" nadie, cualesquiera que sean nuestros criterios éticos. Sólo una persona frívola e ignorante -lo escribo sopesando las palabras- puede considerar trivial la publicidad gubernamental promotora de los preservativos.
"EL TIMO DEL PRESERVATIVO"
El doctor Gonzalo Herranz nos facilita su opinión, en una entrevista difundida en diversos medios informativos.
- Profesor Herranz, ¿cómo ve usted la actual campaña oficial sobre los preservativos?
- Esta campaña se ha mostrado manipuladora y agresiva. Está induciendo a los adolescentes al permisivismo, los invita a un comportamiento promiscuo. Por no parecer gazmoño, ha caído en lo perverso. Ha hecho creer a muchos ingenuos e ingenuas que el preservativo es el talismán mágico del placer y la invulnerabilidad, tan apetecibles para los adolescentes. La campaña, cuando menos, es irresponsable. Ha desfigurado gravemente el mensaje de los máximos expertos en la materia, los centros para el control de enfermedades de Atlanta (EE UU). Ha callado su parte fundamental: que la abstinencia y la relación sexual con una pareja mutuamente fiel y no infectada son las únicas estrategias preventivas totalmente eficaces.
- ¿Qué consecuencias de la desinformación producida por la campaña, prevé usted a corto plazo? - No me gusta ser profeta de desgracias, pero habrá que echar un vistazo a las estadísticas de dentro de unos años y ver cuánta gente, que tendrán entonces 20 y 25 años, serán seropositivos. Son las víctimas de este timo del preservativo. Tenga en cuenta que la tasa de riesgo del preservativo está entre el 15 y el 20 por ciento. Es decir, fallan en uno de cada cinco o seis contactos sexuales. Mientras el SIDA siga siendo una enfermedad mortal, ése es un riesgo abrumador.
- Como profesor de Bioética, ¿puede decirnos qué criterio ha de presidir el ejercicio profesional del médico y del farmacéutico que se ven instados a recetar o vender los preservativos?
- Si un médico o un farmacéutico juzgan, basados en datos reales, científicos y fiables, que el preservativo no da protección aceptable frente al virus de inmunodeficiencia humana, no están obligados a recomendarlos o a dispensarlos. Su decisión es racional y así deberán darlo a entender a sus pacientes o clientes.
- ¿Y si el Estado no está dispuesto a aceptar la objeción de conciencia de los médicos y farmacéuticos que no colaboren en su campaña y no prescriban o despachen preservativos?
- Esto sería, por un lado, una muestra de grave intolerancia, impropia de un estado moderno respetuoso de las libertades individuales. Nuestra constitución consagra la intangibilidad de las conciencias. Por otro lado, es la imposición violenta de una opinión moral particular: nadie incluidos los médicos o los farmacéuticos, puede ser obligado, en un estado de derecho, a desconectar sus convicciones morales de sus acciones técnicas, a llevar una doble moral, a actuar contra conciencia.
LOS DATOS DE J. LEJEUNE
El conocido y prestigioso profesor de La Sorbona, Jerome Lejeune, ha publicado un documentado artículo fundado en datos estadísticos inequívocos (), de los que se concluye -además de algunos extremos ya señalados aquí- que "la campaña a favor de los preservativos de goma no tiene nada que ver con la naturaleza de la epidemia (del SIDA). Se sabe que el elemento esencial para que haya contagio es la presencia de la sodomía o por intercambio de jeringuillas, vale decir, por inyección directa del virus o por vía intravenosa. Lo contrario queda descartado por la ausencia casi absoluta de transmisión del virus entre las lesbianas".
(En España, el 85 por ciento de los enfermos de SIDA son homosexuales o drogadictos. Solamente el 4 por ciento han adquirido el SIDA por transmisión heterosexual, y la mayoría de estos contagios son debidos a la prostitución o a las relaciones de las parejas en que uno de los miembros se encuentra en otro grupo de riesgo. En definitiva, el riesgo de contraer el SIDA por transmisión heterosexual es prácticamente nulo en el caso de las relaciones matrimoniales estables; en cambio las relaciones sexuales irregulares son más peligrosas. Y éstas resultan fomentadas por la difusión de los anticonceptivos entre los adolescentes).
El Dr. Leujene dice: "que nuestros lectores y lectoras tengan a bien perdonar la crudeza de los hechos científicos expuestos en este artículo. El propósito es la honestidad, y resulta necesario exponerlos debido a una sociedad que rehusa decir lo que todos los científicos están de acuerdo en haber observado". El SIDA -explica Leujene- "es una simple consecuencia del empleo desordenado de la naturaleza: la vagina que está abierta al exterior para permitir la propagación de la especie (entrada del esperma y, nueve meses más tarde, salida del niño), sería una puerta abierta a todas las infecciones si no estuviera protegida por una mucosa especial que los virus casi no pueden penetrar. Por el contrario, el recto, destinado a asimilar los últimos alimentos útiles, contiene vasos linfáticos extremadamente desarrollados que reabsorben casi todo (incluso los medicamentos y los virus). Esta disposición no es normalmente peligrosa porque este conducto no se abre excepto para descargar el contenido del recto sin dejar entrar nada. Por lo tanto, no es en absoluto sorprendente que un uso anti-natural, por inyección dentro del recto o en la circulación venosa, abra la puerta a un virus que, normalmente, no tendría casi oportunidad alguna de éxito"
Leujene termina recordando: "al que viola las leyes naturales, solamente Dios puede perdonarlo verdaderamente; el hombre perdona a veces; la naturaleza no perdona jamás: ella no es una persona"
LO MAS SEGURO
La Administración pública está cargando pues con una responsabilidad moral de enormes proporciones. ¿Se atrevería a dar cuenta de los resultados de su campaña actual dentro de 15 o 25 años? Hay cosas que no requieren el título de profeta para ser profetizadas. El cruel resultado de la droga estaba cantado. Y sin embargo, lejos de perseguirse como lo que es, un crimen horrendo, se fomentó. Ahora, ¿cuántas familias padecen una tragedia incomparable y casi siempre irreversible? Las consecuencias disolventes de la neurotización freudiana de la sexualidad ya están más que cantadas: están a la vista. ¿Cómo es posible que los responsables de la salud pública y del bienestar social de un país civilizado cierren los ojos a realidad tan palmaria?
Antonio Orozco
(*) En Argentina, la misma campaña ha fracasado rotundamente. Recientemente se ha difundido (Clarín 23.10.05) que casi el 90 % de los contagios de SIDA se producen por vía sexual. Los programas de "salud reproductiva" que llevan adelante esta campaña de "sexo seguro" basada en el uso de anticonceptivos y preservativos, a pesar que haberse presentado como elemento indispensable para eliminar los embarazos adolescentes y el SIDA, han revelado que producen el efecto inverso: aumentan los embarazos precoces y las enfermedades de transmisión sexual, incluido el SIDA. ¿Quién se hace responsable ahora?
Pro-Vida
www.infovida.org.ar Más información www.politicaydesarrollo.com.ar23/10/2005
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